Si ya conseguí alejar todo lo que quedaba de ti de mi... ¿por qué apareces de nuevo para torturarme?
¿Piensas que soy como un juguete al que puedes manejar como si fueses un niño de cuatro años al que no le importa que sus cochecitos se rompan?
Deberías plantearte todo lo que hiciste para saber si de verdad merece la pena que vuelvas. Simplemente ya no consigues nada en mi, ni siquiera lástima.

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